Por Lucas
Una chica llamada Sol,
miró a las estrellas
y comenzó un viaje hacia la oscuridad,
desde el techo,
mis sueños saltan al vacío,
una vez más.
Pero la tele no declara toda la verdad,
y tus fantasmas se ven borrosos
y no es por el cristal.
La única forma de dispararles, (te he dicho)
sigue siendo olvidar.
Ellos se aprisionan, arden en tu memoria,
para inmortalizarse en la popularidad.
Pero si no los evocas,
sus rostros se raspan
hasta desvanecerse en la constante
y ligera confusión de la distracción.
Si tu fe comienza a ver el reflejo de su cuerpo en la ambigüedad.
Cada vez que te observe curiosamente,
con algún pretexto certero,
hablaremos despreocupadamente
de porque la realidad cuenta con la mentira con tanta sinceridad.
Y el tiempo, mantiene la misma distancia,
aunque sigue alejándose.
Mientras aquella ave se envuelve en el cielo,
confiando en anticiparse al reloj
y postergar que el alba mire hacia aquí.
Una chica llamada Sol,
miró a las estrellas
y comenzó un viaje hacia la oscuridad,
desde el techo,
mis sueños saltan al vacío,
una vez más.
Pero la tele no declara toda la verdad,
y tus fantasmas se ven borrosos
y no es por el cristal.
La única forma de dispararles, (te he dicho)
sigue siendo olvidar.
Ellos se aprisionan, arden en tu memoria,
para inmortalizarse en la popularidad.
Pero si no los evocas,
sus rostros se raspan
hasta desvanecerse en la constante
y ligera confusión de la distracción.
Si tu fe comienza a ver el reflejo de su cuerpo en la ambigüedad.
Cada vez que te observe curiosamente,
con algún pretexto certero,
hablaremos despreocupadamente
de porque la realidad cuenta con la mentira con tanta sinceridad.
Y el tiempo, mantiene la misma distancia,
aunque sigue alejándose.
Mientras aquella ave se envuelve en el cielo,
confiando en anticiparse al reloj
y postergar que el alba mire hacia aquí.
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