domingo, 1 de noviembre de 2009

Por Ezequiel Lobo Negro


Soy un pescado o Pescado de la Nada

Como Nemo recorro tus aguas
viajo sin rumbo ni destino
sólo naufragio en tus aguas.
Cada piedra arrojado por niño
que orille tu mar
transforma una diminuta onda
en fuertes latidos que
invaden mi pecho.
El brillo de tus ojos
calma mi sed enfermiza
como una zanja podrida
la de un perro callejero
en soledad.

Alguna vez me perdí,
abandonado, enjaulado,
preso de la blancura amarga,
como del canto de sirenas
inocentes y desorientados
tripulantes,
que habitan en lo más hondo.
Otros dicen seguirme buscando,
no sé.
Busco lo que siempre quiero evitar
y encuentro lo que desgraciadamente
quiero tomar.
Ahora los peces siguen nadando en
tus aguas,
yo, meditabundo y desterrado,
nado en tu Nada.

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