jueves, 1 de enero de 2009

Tres poemas ( Jorge Rivelli)


10 de marzo de 1999
bar bukowski en pasaje de la piedad
y bartolomé mitre
ocho y cuarto de la noche
ocupo una mesa en el centro del salón
una pizarra en el fondo dice hoy mariscos
hay mariscos
pido mariscos
como mariscos
llega el mozo con una botella de vodka
me pregunta si soy judío
le digo que tengo el aspecto físico exterior
además a simple vista no se ve
pero tengo hecha la circuncisión
y que todo esto no me molesta
pero no soy judío
una dama se sienta en mi mesa
dice que nos conocemos
del encuentro casual en el baño
de la casa de un amigo en común
cuando festejaba el bloomday
el problema con los baños
es que me confundo
o voy distraído
o en una casa entra siempre una mujer
cuando estoy yo
una vez entraron dos mientras estaba orinando
las miré y
doblé la boca
la lengua y
las palabras
es un idiota dijeron
y se fueron
en la segunda mesa del bar
del lado de la pared
se sienta una viuda bizca
que esconde el ojo malo
en la copia de kandinski
que cuelga a su lado
tiene la costumbre de describir en voz alta
todos los rincones del lugar
y las características de cada cliente
siempre sola toma bourbon y fuma puros
completan el panorama
dos jóvenes rockeros arrimados a la barra
que toman cerveza negra y hablan
con gran destreza
de música músicos drogas y fútbol
va cerrando lentamente
el quinto aniversario de la muerte del viejo
y como un judío errante
pago la consumición que compartí
con mi vecina de baño y
viajamos al fondo de la noche




El último bar

volver herido
después
de pasar la tarde
en el peor lugar
de la tierra
bebiendo arsénico
en platos de níquel
fumando cactus
de la basura
hablando
con marcianos
que tienen el cerebro
en las axilas
y dónde la única mujer
es un travesti embalsamado
volver herido y sin cabeza
en busca de una cama
dormir 10 horas para creer
que todo fue una pesadilla




El puerto y las piernas

La cabellera de los peces
que yacen en una canasta
desborda y cae
hasta el suelo húmedo del mercado
el olor como tu sexo
es la conexión invisible
entre lo público y lo privado
nunca me enamoré de un pez
por más hermosa cabellera que tenga
ni me comí tu vagina en un restaurante
por más condimentos afrodisíacos
sólo el deseo marca la diferencia
la vida por un pez
la vida por tu sex

un cardumen o un harén
público o privado
y en el medio desangramos

la purga del arenque y las nalgas
logró mi calvicie más temprana
hemingway mató un pez espada
burroughs mató a su mujer
y una raya mató a irwin
y una dama a hart crane

filet de merluza
vagina con vaselina
todo transcurre
entre puertos y prostíbulos
entre piernas y anchoas

caer vencido en el pubis
en el perfume implacable
de la corvina negra a la sal
mujeres peces que giran y giran
alrededor de los hombres frágiles
con las narices clavadas en una canasta
vellos de seda en los dientes
vientre manchado de escamas
ahora y hasta la hora menstrual
nadamos en el paladar
de una hembra en llamas
no hay más remedio
que un polvo en su tinta


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